No sale en los titulares de prensa, llega con sus botines desgastados, a los entrenamientos de su equipo, muy temprano. Empieza una nueva jornada como cada mañana, el sol impetuoso es su acompañante, hasta el último sudor deja en la cancha, siempre da el último esfuerzo. Hay veces que llega sin ánimo, pero cuando toca el primer balón se olvida de todo.
Sueña con jugar finales, representar a su país, nunca deja de soñar. Vive y respira fútbol. En cada entrenamiento de la semana, entrega todo porque quiere ser titular, quiere jugar.
Desde pequeño ama el fútbol, corría con alegría a su encuentro. Jugaba en un campo abarrotado de polvo, de su pueblito natal. Hacia regates, daba pases perfectos, metía muchos goles.
Ya de grande, juega en un equipo modesto, donde le siguen enseñando el arte de jugar pelota y valores para ser una buena persona.
Es martes, llega el día del partido, está un poco nervioso, de lejos la cancha lo intimida, en el fondo la hinchada con sus cánticos lo acompañan. Respira profundamente y se persigna.
Empieza el juego, siente mucha emoción. En los primeros minutos van desapareciendo los miedos, se llena de valor, deja aparecer sus cualidades, gana al adversario en velocidad, domina la pelota, de reojo sabe que su compañero de dupla lo acompaña, llega a profundidad y mete un tremendo zurdazo que termina en gol.
Su equipo se lleva la victoria, con gol de su autoría, ganando con orden táctico y luchando hasta el último minuto. Ese día es de mucha satisfacción, sabe que su disciplina lo llevará al éxito.
Llega el siguiente partido, otra oportunidad para cumplir el objetivo. El pitazo inicial del árbitro le advierte que comienza el juego. El equipo rival empieza dominando, haciendo jugadas de lujo, llegando con peligrosidad al arco rival.
Después de media hora del compromiso, su equipo va perdiendo, pero sigue corriendo, presionando. ¡No se deja vencer!
En el tiempo complementario, hay más adrenalina, el resultado no ha cambiado, el esfuerzo es infinito, pero no permite que se apodere el desánimo, sigue peleándola hasta el final.
By: Andrea Rodríguez.